Alguna tarde volcada hacia el desvelo
germinado habrá, como semilla leve
la obstinada incertidumbre que me mueve
a buscar en las palabras un consuelo.
Aún prefiero liberar el pensamiento
desmadejando razones sin apego
por hallar en la belleza algún sosiego
de la verdad ardiendo en el momento.
Perdurar, vencer al tiempo, trascenderse
o porque la palabra era en el inicio
y la ilusión de eludir el precipicio
implacable de la vida que es perderse.
Yo no sé, no sabré cuál es el motivo
de lo que a orillas de otra tarde ahora escribo.