de la tierra y de la raza.
Artesanías de la historia
en la gracia
de ese aire y esa gente.La música,
alegría consanguínea.
El ron, que ciñe su cintura.
La música, agua y viento
desabrochándose la ropa para el baile.
La música templando la guitarra,
meneándose en la tumbadora
rascándose en el güiro.
El amable interés de la señora,
la musculosa sagacidad del campesino,
viveza ingenua y convencida,
notas de amor en los procesos.
La ilusión,
entraña del recuerdo,
desplomándose en lo pobre.
Azoradas bocas de la usina
con la desaparición de su alimento,
El sueño de la abundancia
herrumbrado en la refinería.
El olvido
y la avaricia sin perdón
de los ingratos tutores desleales.
Refinada Habana Vieja,
mugre infame,
ruin olor de la escasez.
Alcurnia que yace,
esqueleto de grandeza
en el salón de los hoteles.
Carnaval fastuoso
de señores pecadores.
Suntuoso baño
para ricos
o enjoyados delincuentes.
Hembras disponibles
para inevitables aburridos.
El agua huida de los grifos,
la desnutrida luz eléctrica.
Cierta convicción
cuadrándose aguerrida,
el amor al Che Guevara,
la muchedumbre ansiosa
por la fascinación de los discursos.
La disposición al chiste y los cariños.
El sonoro pecho enmudecido,
la tristeza de los sueños perforados
La indignidad del abandono,
la amenaza del fracaso
en las paredes derruidas.
El frío bisturí americano,
el ahogo empedernido de su garra,
resarciendo
-la osadía de oponerse a sus colonias
-la inaceptable enajenación de su prostíbulo,
-la proscripción inaceptable
de tanta chica linda.
Su deleite en la tortura del bloqueo,
el “poder de veto”
y su consentida iniquidad.
La audacia suculenta del arroz congrí,
la abundancia blanca y sustanciosa
de las rojas langostas.
Las sierras hermanando
a la “Atlántica Mata” del Brasil.
Los nobles cebúes
mansos y curiosos.
Los brochazos de verde,
el blanco tronco de las palmeras reales.
Los chanchos desconfiados,
las fervorosas gallinas
emulando gallineros de mi barrio.
Ese lenguaje matizado
en las modulaciones de “cabaio”
cuando la calma habla con el ruano.
La lograda dignidad de la consciencia.
La consciencia
de la riqueza sin dinero.
La desplegada ilustración
como bandera
y la bandera del tuteo.
Y agua marina,
orla pura,
recipiente de la isla,
Agua marina,
Cuenco,
del ubicuo regocijo,
del delicado son
que siguen circulando
por ese aire y esa gente.